El Padrastro: Una Historia de Familia y Segundas Oportunidades

Life Lessons

**El Padrastro**

¡Porque no tienes derecho a molestar a una chica joven! se encendió el chico.

¿Qué-é-é?

¡Le has llenado la cabeza a Nati! ¿Crees que no se nota que para ti no es solo una hijastra?

Pedro no pudo contenerse con una mano lo agarró de la chaqueta y con la otra levantó el puño, dispuesto a darle su merecido.

¡Pepe! lo detuvo la voz asustada de Nati. Él soltó al rival.

Pedro se casó con Lola cuando su hija, Nati, tenía diez años.

La niña recordaba bien a su padre biológico, fallecido dos años antes, y al principio vio con recelo al nuevo marido de su madre.

Pero Pedro supo ganarse su confianza.

Nunca lo llamó “papá”, pero el “Pepe” que salía de sus labios sonaba tan tierno y familiar que nadie dudaba de su cariño.

Fue gracias a Nati que lograron salvar su matrimonio cuando, seis años después de la boda, Pedro como si el diablo lo tentara cometió una infidelidad en una fiesta de empresa con una compañera, Inés.

Había bebido demasiado, emocionado por el ambiente festivo y el éxito de un proyecto reciente

No recordaba mucho después, pero alguien lo delató ante Lola.

El escándalo fue monumental. Pedro se disculpó y rogó perdón.

Ella no quería escucharlo y amenazó con el divorcio.

Discutieron mientras Nati estaba en el instituto, pero la chica, sensible y observadora, notó la tensión y se angustó.

Solo por Nati te perdono dijo Lola entre dientes. Pero es la primera y última vez.

La próxima, será el divorcio.

Él ya se había maldecido mil veces. Para enmendar su error, pasaba más tiempo con la familia y, con alivio, vio que la mirada de su hijastra volvía a brillar.

Pero la niña creció, y a los dieciocho años llevó a casa a un novio para presentarlo.

A Pedro, Javier no le cayó bien desde el primer momento: flaco, inquieto, arrogante, siempre con una sonrisa burlona.

Solo por Nati, que lo miraba con ojos enamorados, Pedro se contuvo.

Nati, ¿estás segura de que es el adecuado? preguntó en voz baja cuando el chico se fue.

¿Qué pasa, Pepe? ¿No te gusta? se entristeció ella. Es que aún no lo conoces bien. Javier es genial.

Pedro suspiró, pero forzó una sonrisa.

Veremos. No creo que hayas elegido mal.

Javier, por su parte, notó la desconfianza del padrastro.

Evitaba cruzarse con él y era exageradamente educado, aunque le costaba.

Pronto, Pedro tuvo otros problemas: Lola lo acusó de volver a engañar

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