Teníamos muchas esperanzas de que mi madre se jubilara, se fuera al pueblo y nos dejara a mí y a mi marido su piso de tres habitaciones.
“Oye, Yuri, ella es tu hermana, y yo soy tu mujer. Ya no puedo seguir viendo cómo les quitas a nuestros hijos para llevárselo todo a Elena.”
Sabes, Jorge, ella es tu hermana, y yo soy tu esposa. Ya no puedo seguir viendo cómo les quitas a nuestros hijos para llevárselo todo a Elena.
**Diario de un hombre** Hoy recordé una conversación que tuve con mi hermana Lucía hace unos años. Le decía: ¿No has pensado, Lucía, que cuando todo es
Teníamos muchas esperanzas de que mi madre se jubilara, se fuera al pueblo y nos dejara a mí y a mi marido su piso de tres habitaciones.
¡Teníamos tantas esperanzas de que mi madre se jubilara, se mudara al pueblo y nos dejara a mi marido y a mí su piso de tres habitaciones!
Teníamos la gran esperanza de que mi madre se jubilara, se fuera al campo y nos dejara a mi marido y a mí su piso de tres habitaciones. Quisiera hablaros
Sabes, Jorge, ella es tu hermana, pero yo soy tu esposa. Y ya no puedo seguir viendo cómo les quitas a nuestros hijos para dárselo todo a Elena.
Ana visitaba a su madre cada dos días. Le dejaba comida y agua junto a la cama y se marchaba sin más. Tengo una vecina que se llama Ana.
Ana visitaba a su madre cada dos días. Le dejaba comida y agua junto a la cama y se marchaba sin más. Tengo una vecina que se llama Ana.









