“Vaya, Tania, no te enfades conmigo, pero no voy a vivir contigo.” “¿Y si lo intentamos, Sergio?” Tania lo miraba casi sin pestañear
El silencio en la casa era espeso como la miel, solo roto por el crepitar de la leña en la chimenea. Ana Martínez, una mujer de rostro cansado y surcado
**Arena entre los dedos** El silencio en la casa era denso como la miel, solo roto por el crepitar de la leña en la chimenea. Carmen López, una mujer de
El yerno declaró que no volvería a ver a mi hija si no vendía la casa de mi madre. Llevaba media vida sola. No, estuve casada, pero mi marido abandonó
El silencio en la casa era espeso como la miel, solo roto por el crepitar de la leña en la chimenea. Ana Martínez, una mujer de rostro cansado y surcado
**Diario de un Hombre** He pasado la mitad de mi vida solo. No, estuve casado, pero mi esposa me dejó un año después de la boda, justo cuando nació nuestra hija.
¿Se te ha olvidado que este piso es mío, comprado antes del matrimonio? dije con frialdad al escuchar a mi marido dar órdenes sobre mi casa con total seguridad.
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo de Castilla, mi yerno me dijo que no volvería a ver a mi hija si no vendía la casa de mi madre. La mitad de mi
**Diario personal** Al entrar en el piso, Lucía vio los zapatos de su suegra en medio del recibidor. Supe en ese instante que no habría descanso hoy.
*Parece que has olvidado que este piso es mío ¡lo compré antes del matrimonio!dije con frialdad al escuchar a mi marido dar órdenes sobre mi casa con toda









