Cuando mi abuela, doñaCelia, supo que estaba enferma, la aceptó con una serenidad que pocos poseen. Se sentó en la cocina, se sirvió un té, miró por la
Oye, te cuento un poco de lo que está pasando. Soy Carmen, tengo cincuenta y cinco años, y al fin estoy viviendo para mí, sin culpas, sin miedo a que me
Tras veintiún años de matrimonio, una noche mi esposa, Lucía, me dijo con una sonrisa traviesa: «Deberías invitar a otra mujer a cenar y al cine».
ח׳ 12במרץ 2025 היום חשבתי על הדברים הקטנים שהפכו אותנו למי שאנחנו. אולי תזכי לראות אותי מתבגרת, שהידיים רועדות כשאני מסגרת את החולצה, ובארוחת הצהריים לפעמים
חנה תמיד יודעה שמזל טוב מגיע בשתי גרסאות: אחת עם יין וצלחת סלט, והשנייה עם קפה שחור וקרדיט של חוברת משקאות. בת 17, נעמה ילדה עם עיניים גדולות כמו ספירות
17 de octubre de 2023 Hoy el día volvió a ponerse gris sobre la terraza de la casa del barrio de Carabanchel, y el eco de la discusión que mantuvimos sigue
Cuando Dolores tenía dieciséis años, una anciana gitana del Rastro de Madrid le tomó la mano, miró su palma y le dijo con voz grave: Nunca te casarás.
אבא, נו, אל תבוא היום לבית הספר, בסדר? למה, אורלי? תזכה בפרס, רציתי לראות את הרגע הזה. אל תדאג, אבא. יגיעו כולם הילדים, ההורים ואתה? ואיך?
Cuando cumplí dieciséis años, una anciana gitana del mercadillo de la Plaza Mayor me tomó del brazo, repasó las líneas del destino y me dijo: Nunca llegarás a casarte.
Algún día, quizás, me verás ya encorvada, con las manos temblorosas al abotonar la blusa, y al sentarme a la mesa podré dejar caer la cuchara o manchar el mantel.









