¡No eres esposa, eres una sirvienta! ¡No tienes hijos!

Life Lessons

No eres mi esposa, eres una sirvienta. ¡No tienes hijos!
Mamá, Almudena se ha quedado aquí. Estamos reformando el piso y no se puede vivir. Hay una habitación libre, ¿por qué debería estar sentada en el polvo? le decía mi madre mientras acomodaba la mesa.

A él no le molestaba la idea, pero a ella le resultaba insoportable. Mi madre no perdonaba a la nuera.

Tengo que trabajar, no puedo quedarme aquí susurró Almudena.

Ella trabajaba desde casa, necesitaba tranquilidad y silencio. Yo pasaba el día en la oficina, así que no era fácil compartir techo con mi madre. Almudena estaba acostumbrada a vivir sola, así que no le molestaba la compañía.

Almudena me miraba sin saber qué decir. Mi madre no quería que mi mujer habitara bajo su mismo techo, pero no había salida. Nos sentamos a la mesa y empezamos a cenar.

Almudena, pásame tu ensalada de la casa dije.
Juan, no le pongas esa química. He preparado otra, es más sana protestó mi madre.

Almudena cambió de expresión. Yo soy alérgico al tomate; ¿cómo podía mi madre olvidarlo? Cuando era pequeño no le había dado importancia. Decía que no hacía falta ir al médico, que con una pastilla todo pasaba.

Tiene alergia. ¿Por qué le has puesto tomate a la ensalada? preguntó Almudena.
¿Qué dices? Es solo un tomate, no pasa nada replicó mi madre.
Se va a enfermar.
Almudena, cálmate. No es alérgico. Su propia madre lo conoce mejor que tú.
Yo soy su esposa. Me ocupo de mi marido.
No eres mi esposa, eres una sirvienta. ¡No tienes hijos! Cuando los tengas, hablamos.

Almudena se levantó de un salto y corrió al dormitorio. Mi madre siempre insistía en tocar el punto sensible. Yo traté de consolar a mi mujer.

Juan, lo siento. Mejor me voy a casa de mis padres o al despacho. No seguiré viviendo con tu madre.
Déjame hablar con ella. ¡Se callará!
No, ya lo hemos repasado mil veces. No vamos a ponernos de acuerdo bajo el mismo techo.

Al final tuvimos que alquilar un piso en Barcelona por un tiempo, para evitar otro escándalo familiar. Mi madre se quejó, pero no tuvo alternativa. Yo, por mi parte, no podía estar más feliz de contar con un marido tan comprensivo y generoso.

Rate article
Add a comment

8 + seven =