Lo siento mucho, cómo ha llegado a esto.

Life Lessons

Ay, lo siento mucho cómo han terminado las cosas

Javier, ¿lo has metido todo? ¿Quieres que revise otra vez? grité, plantada frente a la puerta cerrada del baño.

Lucía, ¡déjalo ya! Lo tengo todo, una maleta entera, tú misma la viste respondió él entre el ruido del agua de la ducha. Pero su voz su voz temblaba. ¿O me lo imaginaba?

La maleta la vi. Lo que has metido dentro, eso no murmuré, apartándome.

Lucía, ¿me haces un café? Fuerte. Sin leche añadió con tono sereno al cerrar el grifo.

Fui a la cocina, en silencio. Saqué la cafetera, llené el agua, eché el café molido, una pizca de sal como le gusta a él. Tenemos máquina, pero Javier adora el café que preparo yo. *”Eres un sol”*, me dijo anoche al llegar tarde del trabajo y verme envolviendo su cena en un trapo, igual que hacía mi abuela, para que no se enfriara.

Últimamente se quedaba más horas *”Por el trabajo”*, decía. Carrera, ascenso, preparativos. Y yo, quieta. Cocinando, planchando, aguantando.

¡Qué aroma de los dioses! dijo Javier al entrar, secándose el pelo mojado. Se sentó y cogió la taza.

Lucía, hoy llegan los fundas nuevas para el coche. Las he pedido por internet. Cuando vengan, págales al repartidor dijo, echando azúcar al café.

Claro. Como siempre me senté frente a él.

El viaje de trabajo viene fatal suspiró. Pero no puedo cancelar. Es mi oportunidad, quizá la única. Jefe de departamento imagínate.

Sí, claro No sabía que para eso hubiera que viajar.

Cosas del jefe. Bueno, me queda media hora, voy a adelantar algo desde el móvil.

Se levantó y se fue al salón. Dejó la taza. Bah, no importa. Está agobiado

La cogí para lavarla, pero mi móvil vibró. Un mensaje. Lo abrí.

*”Lucía, Javier miente. No es viaje de trabajo. Se va a Italia con Claudia Ruiz. Para él, que no lo haga. Se está cargando su vida.”*

María. Su hermana pequeña.

Algo hizo *click* en mi cabeza. ¿Él con Claudia? No puede ser. ¿Broma? Pero María no es de esas. Ni mentiría jamás.

Todo se nubló. El aire pesaba como plomo. Respiré hondo, me serví agua y volví a sentarme, temblando.

Quería llorar, gritar, romperlo todo. Pero solo una pregunta resonaba: *”¿Por qué?”*

Apreté los puños. Podía entrar y armar un escándalo, desenmascararlo pero no lo hice. No se lo merecía.

Que se vaya. Yo le daré mi sorpresa. No gritos hechos.

Abrí la app del banco. En la cuenta común: 48.000 euros. Pero faltaban 12.000. *Mi* dinero. De mis proyectos, mis madrugadas. Y él lo gastaba en un viaje con su *ex*.

De Claudia sabía. Javier mismo me habló de ella, y María alguna vez lo mencionó. *”El crush del instituto, una creída. Lo dejó dos veces: primero por uno mayor, luego por un tipo con futuro.”* Y ahora volvía. Javier, otra vez embobado. Mintiendo.

Podría haber sido honesto: *”Lucía, quiero a otra. Lo siento.”* Dolería pero no sería tan asqueroso. En vez de eso: rata. Sacó dinero, habló de *”trabajo”*, hizo la maleta

Pues bien. Yo saco el resto. Hoy mismo. Hasta el último céntimo. Luego, divorcio. Sus cosas mensajero a casa de sus padres.

Miré mi agenda: mañana a mediodía, presentación importante. Si sale bien, me tomo vacaciones. No Italia Portugal, quizá. Donde él no haya estado.

Lucía, me voy. Mejor salir con tiempo entró impecable, corbata, maleta en mano.

Adiós. Buen viaje dije, ahogada, apretando la taza.

¿Qué pasa con ese tono?

Imaginaciones tuyas.

Te voy a echar de menos

Dudo que tengas tiempo.

¿No me acompañas a la puerta?

Prefiero fregar los platos.

Vale, pues me voy.

Que te vaya bien.

La puerta se cerró de golpe. Javier no sabía que se iba para siempre. Mañana cambio las cerraduras.

Me senté. Lloré. Lágrimas amargas. De rabia, de humillación. *Traidor.*

Otro mensaje de María:

*”Lucía, ¿cómo estás?”*

Me sequé los ojos y la llamé.

María, ¿de dónde lo sabes?

Una amiga de Claudia lo contó. Volvió a buscarlo. Él pica. Lucía, siento que

Gracias por avisarme. No lo he parado. Que se vaya.

Es un idiota. Ella lo dejará otra vez.

Su problema. María, no le digas que lo sé.

Ni loca. ¡Estoy harta de él!

Gracias. Nosotras seguimos en contacto. Aunque me divorcie.

Claro, Lucía. Ánimo.

Volví al banco. Otros 4.000 menos. *Rápido* No. Respiré. Transferí el resto a mi madre. A la *mía*. Él ya no tiene derecho.

Mamá, te mando 44.000. El resto él ya lo sacó.

¿Qué pasa, hija?

Nos divorciamos. Se va a Italia con su amante.

Dios mío Aguanta, cariño. Esto pasará. Mereces a alguien mejor.

No, mamá. No buscaré a nadie. Quizá tenga un hijo yo sola. Y punto.

Bueno también es opción. Oye, la tía Pili tiene ese sobrino buen chico

Mamá, ahora no.

Como quieras. Pero no te rindas, mi niña.

Colgué. Respiré hondo. Mañana es otro día. Javier se fue, pero yo sigo aquí. Entera. Auténtica. Con todo por delante. Sin mentiras. Sin traiciones. Sin él.

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