Author: Javier Martínez
Lucía y su madre estaban sentadas en una vieja cama. Las dos iban bien abrigadas. Era invierno, y acababan de encender la estufa de leña en la casa.
Carmen salió de clase con su amiga Lucía. No tenía ganas de ir a casa, así que le propuso: Lucía, ¿vamos a dar una vuelta por el parque?
**DIARIO DE UNA NIÑA Y SUS ZAPATOS** Hoy, mientras caminaba descalza por las calles empedradas de Toledo, sentí cada piedra bajo mis pies como páginas
“Parece tu hijo desaparecido,” susurró mi prometida. Lo que ocurrió después dejó atónita a toda la calle. Marcos Caldeiro no solía caminar.
Había pasado mucho tiempo desde aquel día, pero el dolor seguía tan vivo como entonces. Isabel Gutiérrez regresó a casa después de un breve viaje con su
Chicas, confesad, ¿quién de vosotras es Lilia? La joven nos miró con curiosidad y cierta picardía a mi amiga y a mí. Yo soy Lilia. ¿Qué pasa?
Las llamas estallaron en la mansión, pero lo que la criada sacó dejó a todos sin palabras. “¡Fuego! ¡Fuego en la cocina!” El grito vino de
En un pequeño pueblo de Andalucía, rodeado de olivares y viñedos, vivía Don Sebastián, un hombre de setenta años que había conocido tanto la fortuna como la desgracia.
“Es hora de que conozcas a los tiburones”, susurró mi nuera antes de arrojarme por la borda. Mi hijo observaba, sonriente, mientras el mar me engullía.
El timbre aún no había sonado cuando Diego López entró en el Instituto Cervantes con la cabeza baja, esperando que nadie se fijara en él.









