Author: Javier Martínez
Había una vez un hombre llamado Vasilio, pero en esta tierra lo llamaremos Vicente. Era un tipo peculiar, de esos que creen que la vida les debe todo sin
La pequeña Lucía no lograba entender por qué sus padres no la querían. Su padre se irritaba con facilidad, y su madre, Carmen, cumplía con sus deberes
¿Que si soy tu esposa? ¡Pero si nunca hemos ido al registro civil! ¿Acaso hay anillos o papeles que lo demuestren? Lucía bajó la mirada.
Creía que mi matrimonio iba bien, hasta que una amiga me hizo una pregunta. Me casé muy joven, por amor. Estuvimos saliendo cuatro años antes de dar el sí quiero.
¡Tu hijo es tan aburrido! exclamó la abuela con desdén. ¡Nada bueno saldrá de él! Marisa se quedó paralizada en el umbral, a punto de dejar caer el pastel
David, ¿te puedes quedar con Lucas? gritó Lucía desde el pasillo mientras se ajustaba el pañuelo frente al espejo. Volveré esta tarde, sobre las seis.
El pastel con dinero ajeno “Me duele el corazón, tengo la presión por las nubesdijo con voz quebrada. El médico me recetó unos medicamentos muy caros
¿Ya tiene otro? A ver qué dice la gente… murmuraban los vecinos al ver a un hombre en el patio de la viuda. En un pueblo donde todos se conocen
**Diario de un hombre** Hoy recordé una conversación que tuve con mi hermana Lucía hace unos años. Le decía: ¿No has pensado, Lucía, que cuando todo es
Teníamos la gran esperanza de que mi madre se jubilara, se fuera al campo y nos dejara a mi marido y a mí su piso de tres habitaciones. Quisiera hablaros









