El Viaje hacia la Felicidad: Un Nuevo Comienzo para Dos Amantes Esmeralda viajaba hacia el hombre que amaba, o más bien volaba en las alas de la dicha.
En aquellos tiempos, cuando la vida aún era sencilla pero llena de desafíos, la voz de Doña Carmen resonaba con exigencia en el pequeño piso alquilado
Tienen que darnos al niño. Somos sus verdaderos padres dijeron los desconocidos en la puerta. Mamá, ¿puedo no ir mañana al colegio? ¡Me duele otra vez la cabeza!
**Lo mejor con buena intención** ¡Sí, ya sé que no estáis obligados! ¡Pero es vuestra sangre! ¿De verdad vais a dejar al niño sin ropa de abrigo en pleno invierno?
**La Receta Familiar** ¿De verdad quieres casarte con alguien que conociste en internet? preguntó Luisa Martínez, examinando a su futura nuera con la misma
¿Cuándo vais a comprar un piso? La voz de Ana María sonaba exigente, insistente. Estaba sentada en el sofá del pequeño apartamento alquilado donde Lucía
Tienen que darnos al niño. Somos sus verdaderos padres dijeron los desconocidos en la puerta. Mamá, ¿puedo no ir al colegio mañana? Me duele la cabeza
**La Receta Familiar** ¿De verdad quieres casarte con alguien que conociste en internet? María Luisa examinaba a su futura nuera con la misma sospecha
¿Por qué te has metido en mi portátil? Un misterio ante una mirada desconocida. «¿Qué demonios buscas en mi portátil?» rugió Alejandro, alzándose sobre Elena.
Hace muchos años, en un barrio tranquilo de Madrid, sucedió algo que nunca olvidaré. Debéis entregarnos al niño. Nosotros son sus verdaderos padres dijeron









